DÍA 3
¿Cómo estás? Hoy es viernes y me acordé de vos. Siempre te recuerdo los viernes, vaya una a saber porqué. Vos y yo sabemos que memoriosa nunca fue un adjetivo que pudiera describirme. Te escribo sentada en el sillón. Más bien, echada en el sillón. Ayer caminé mucho y el cuerpo se resiente. También creo que estoy cultivando un resfrío, o es simplemente el cansancio acumulado del último día de la semana. ¿Último día? Si aún fuera estudiante, quizás, pero desde que empecé a trabajar el último día de la semana siempre es otro. Mañana me levanto temprano, tengo radio. Escucho la voz de Juan, hablando en el estudio. También está Augusto pero él habla menos. No tanto como antes, pero las intervenciones de Juan siguen siendo las más. Desde donde estoy, veo el polvo acumulado sobre los muebles. Nunca le presto atención y ahora que sé que está ahí, tampoco voy a hacer algo al respecto. No me quita el sueño. Mientras espero un delivery (ayer compré un bolsón de verduras y vienen a traerme unas